
La pasión de mi vida. Carta de un socio refundador!!!!!
21 octubre, 2015La pasión de mi vida.
Ya no me acuerdo cuando fue, pero sí sé que fue hace muchísimos años ya.
Mis primeros escarceos con la pelota, fue con la famosa pelota “Pulpo” legendaria, la de color rojo la que tenía una bolita adentro, que rescatábamos los pibes cuando lamentablemente se pinchaba y no servía más, llorando por ella porque era muy difícil poder reemplazarla, y más en mi caso porque nadie en mi familia alentaba a mis sueños del querido fútbol.
Después la seguía la pelota de papel y medias, porque no había “guita” para comprar la otra, ni hablar de la de tiento, la de cuero, la que nos desvivía a todos los pibes que amábamos pegarle como los cracks que admirábamos, como si fueran dioses del Olimpo.
No tuve como casi todos, una guía en la elección de los colores de la pasión, me hice solito mi alma y ya en el 1954 podía decir con 5 añitos, que la pasión azulgrana latía en mis venas y le daba oxígeno a mi corazón, este corazón que haría latir esa pasión a lo largo de tantos años, casi como el amor a una musa, el de la primera novia, es el que es de por vida, vio, el que se lleva a la tumba, el que busca que nuestra cenizas se inmortalicen para siempre en la gramilla del canto de tantos años de alegrías y tristezas, de las más grandes de ambas, que he tenido a lo largo de mis casi 66 noviembres.
Esos muchachos que empezaban a ser mis ídolos de chico, casi sin comprender mucho de que se trataba, se me ponían en la sangre como si fuera el tic tac del reloj de la vida: Blazina, Basso, Resquín, Brescia, Díaz, Cavallo, Cortiñas, Vivas, Seoane, Leguía, Faina, Felder, Martínez, Coll, Fontana, Picot, Berni, Camacho, Minteguía, Martina, Sanfilippo, Silva, Benavídez, Loiácono, Pizarro y el gran Pontoni, los copio para no olvidarme de ninguno, en ese año 54, el momento por donde empieza a surcar por dentro la pasión más genuina que puede tener un ser humano, como el amor por sus colores, al que nunca se engaña y del que más se sufre, porque siempre nos engañan los de adentro, como si fuera una profecía auto cumplida..
Ya en el 57 fuimos subcampeones, y en el 59 dimos la vuelta con el gran “nene” Sanfilippo y el mejor Higinio. Me lo acuerdo de memoria: Carrillo, Cancino e Iñigo, Martina, Reinoso y Schiro, Facundo, Ruiz, García, Sanfilippo y Boggio, siempre de la mano de Barreiro como DT.
En el medio 1964 aparecen los desfachatados “caras sucias” los pibes de oro que nos emocionaban a todos ganando los partidos a puro toque y oles, ante rivales que eran totalmente superados, por la magia de este grupo de jóvenes que la rompían, el cordero Telch, el nano Areán, el bambino Veira, el loco Doval, el manco Casa, el Tito Carotti, y el gran tucumano Albrecht mi ídolo de chico, fueron sus estandartes, inolvidables y eso que no fueron campeones, pero daba gusto verlos jugar y también con Barreiro de DT.
Después llegaron los más grandes, los mejores que vi jugar, eran los legendarios “matadores” en el 68, todos eran buenos, ganaban y ganaban, muchos en la selección, bah casi todos jaja, y se dieron el lujo de triunfar frente al gran Estudiantes de Zubeldía, en la cancha de Ríver, con los goles del Toti Veglio y el lobo Fisher y salimos campeones, ¡¡¡¡que digo campeones!!!!, ¡¡¡¡campionísimos!!!!, estos muchachos daban cátedra a toda la “gilada” de Nuñez y la Boca, Avellaneda y otras latitudes, además de las más cercanas como Parque Patricios, sumidos en la envidia sana de ver al mejor de todos: el carloncho Buticce, el mono Irusta, el sapo Villar, el burro Calics, el tucu Albrecht, el gallego Rosl, el cordero Telch, el cabezón Cocco, el toscano Rendo, el lobo Fisher, el toti Veglio, el bambino Veira, el correntino González, el zurdo Tojo,
Eran años de gloria para los hinchas, teníamos buenos equipos, se logró el subcampeonato en el 71 donde perdimos con Central 2 a 1 en la finalísima.
Ese 72 fue todo cuervo, teñido de azulgrana, no le dimos cabida a nadie, estábamos en la gloria: de nuevo campeones y por partida doble, bicampeones, el mono Irusta, el rubio Rezza, cachito Heredia, el gallego Rosl, el hueso Glaría, el cordero Telch, el sapo Villar, el león Espósito, el gringo Scotta, el gallego García Ameijenda, el lobo Fisher, el nene Sanfilippo (que ya se retiraba en su casa), el ratón Ayala, el incansable Chazarreta, el negro Ortíz, el lele Figueroa. En una final no apta para cardíacos, penal errado mediante, antes que termine el partido por el gran Chaza, y el gol del lele Figueroa en el alargue dimos cuenta de las “gallinas” para rociar de azulgrana el universo de nuestra patria. Salud grandes campeones.
Pero la historia nos daría más alegrías a los cuervos, que de la mano de Zubeldía en el 74 otra vez íbamos a levantar la copa, a mi edad adolescente no podía esperar más, en el transcurso de 6 años nada más habíamos ganado 4 campeonatos, antes salíamos campeones cada 13 años y ahora en 6 logramos 4, todo un récord.
Pero este fantástico raid de torneos ganados por el club pronto desaparecería, los mejores jugadores que teníamos se iban del club a buscar nuevos desafíos en otros lados, lejos del cobijo de nuestra institución, ante la tristeza de todos nosotros, empezaba la debacle.
Administraciones que se encargaron de despilfarrar todo lo que con muchos años de esfuerzos y sacrificios, realizados por la pléyade de los prohombres del club que dieron cimiento a nuestra gran institución, reemplazados por estos mercaderes del fracaso y del negocio personal, hicieron de nuestra gloria en poco tiempo, destrozarla, mancillarla, tanto en el plano deportivo como en el plano institucional, entregando el patrimonio de nuestros jugadores, muchos de ellos gestados en nuestras divisiones inferiores, por negocios del momento, sin ninguna inversión al futuro.
Así fue como año a año veíamos a nuestro querido club, inmerso en campañas mediocres, con jugadores que distaban de los que estábamos o nos habíamos acostumbrado en tantas jornadas de gloria, tan efímeramente consumidas por los mercaderes de la decadencia que eran nuestros dirigentes.
Y llegamos al fatídico año 1976.
Nuestro club decadente, y el país sumido en una crisis institucional luego de la muerte de Perón, que lleva a los “milicos” a hacerse cargo del poder, en la más nefasta dictadura de las muchas que ha tenido nuestro país. San Lorenzo no fue un simple observador de lujo, como lo fueron otros clubes, de lo que sucedió.
El poder de turno dejó fuera del mundial 78 a la mejor cancha de la ciudad cambiada por la del fortín de Liniers, manejado por los milicos en ese entonces, con gran poder en el tristemente célebre EAM 78 al mando de Lacoste y Merlo, que hicieron todo lo posible para ignorar toda la gloria de nuestro club a manos de los ignotos de liniers, que ni gente tenían, ni títulos, ni insignias, como para hacer de su localía mundial algo lógico, algo razonable.
Los cuervos nos preguntábamos porque nosotros no?, si la celeste y blanca jugó tantos partidos internacionales en esa cancha mítica llena de gloria y de los mejores jugadores de antaño? Toda esa historia no sirve de nada? Y los dirigentes llenos de miedo donde estaban, que defendían?
Pero lamentablemente no sólo fue dejar fuera nuestra cancha del mundial de nuestro país, el objetivo era mayor, era dejarnos sin nuestra casa, sin identidad, sin barrio. Presurosos por mostrarle a la sociedad que la identidad de un club con su gente y con su barrio (al cual vio nacer) no tiene nada de malo, en vía de la modernidad hace que dejemos nuestras raíces para permitir las raíces de otras cosas, que seguramente no tienen nada que ver con la pasión, con las historias ajenas y como siempre nadie se conmiseró de nuestra desgracia, todo el espectro deportivo y social hizo la vista gorda hacia otro lado, buscando ayudas en el poder fáctico, que hubo casi para todos.
La historia nos daba la espalda, como tantas veces, e iban….cuantas?
Pero la gloria también se hace en los momentos críticos, se surge de las cenizas, las crisis siempre dan oportunidades para poder crecer, madurar y conseguir de nuevo la gloria.
Muchos años pasaron desde esa década oscura de pérdida de la cancha, que no sólo fue esa pérdida, sino de un club entero, de las glorias antepasadas, de las reuniones sociales, de los carnavales exitosos del maestro Pugliese, de Santana tocando como sólo él sabía hacerlo, el lugar en donde se conocieron miles de parejas que construyeron el ideario común de la familia, de las murgas, de todo un entramado cultural con Soriano a la cabeza, que hizo que ese lugar común y tan lleno de historia se fuera para siempre, sin dejarnos la posibilidad mínima de poder quedar con alguna reliquia en nuestras manos.
Encima la debacle no sólo fue estructural y social, también fue deportiva. El primer grande del fútbol argentino que se va al descenso, el hazmerreír de todos, y encima sin cancha, bah… sin club, sin alma, en los tablones de Caballito al lado de la estación del viejo ferrocarril del oeste, nuestro querido club dejaba la primera categoría a manos de los bichitos colorados, ya descendidos anteriormente por un doping positivo, que luego se transformó en negativo y que hizo que reviviera para dejarnos con las manos vacías en los viejos tablones de caballito, penal errado mediante.
Las lágrimas de los hinchas en ese momento de entierro a tantas ilusiones, de tantos años de ver a nuestro querido club llegar a lo más alto del ideario futbolero, nos hacían comer el pasto de la desvalorización máxima, y encima sin cancha..sin club.
Pero sobre esas cenizas que hace fuerte al débil, lo abraza con una coraza de acero invencible, están los forzosos de Almagro (sí de vuelta esos pibes míticos al lado del cura Lorenzo y los cientos de miles que los acompañan) que nunca se rindieron ante las adversidades, y esta es una gran prueba, seguramente la máxima. ¿Que dirigente de otro club no pensó que este club iba a dejar de existir en poco tiempo?. ¡En la segunda división y sin cancha, casi sin club!, sólo era menester calcular cuando tiempo iba a resistir y sobrevivir.
Nuestros adversarios hacían cuentas de ese tiempo, eran tiempos de inquilinato, pero como el ave fénix, se revolvió sobre las cenizas de la gloria impoluta del pasado, para volver con más fuerza que nunca, la que nunca perdiera, pese a todo lo que pasó.
Se ganó el campeonato de la segunda división en el 82, como inquilinos de clubes que no querían que jugáramos en sus casas, porque eran hordas cuervas por todos lados, que los empequeñecían a pesar de las diferentes divisionales, sin entender este fenómeno que transitaba las fronteras, para tornarse en un prodigio social que necesitaba estudio para que el resto se diera cuenta del por qué sucedía esto.
Hoy siempre les digo a mis hijos (todos cuervos lógicamente) que jamás voy a volver a ver en lo que queda de mi vida, formidable espectáculo, que batía records de asistencia los sábados, hoy todavía no superados, pese al tiempo transcurrido, la familia cuerva movilizada por semejante cruzada, que era volver al lugar que nunca deberíamos haber dejado, que era el que se merecía: la primera divisional del fútbol argentino.
Y pasó lo que tenía que pasar, sin ser un equipo descollante, se cumplió el objetivo y volvimos al año siguiente a la primera división, con más gloria que antes, después de haber sufrido el escarnio.
No fueron años fáciles, las cenizas de Av. La Plata dejaron en nuestros espíritus un lugar imposible de olvidar, en mi caso personal, vivía cerca de ese lugar y no compraba en el supermercado francés, que se hizo de la tierra “entre gallos y medianoche” con el santo lugar, con la inestimable ayuda de los poderosos de siempre, de ayer y de hoy…¿qué diferencia hay hoy?, tal vez menos violentos y directos, pero igual de mortíferos, con otros métodos nada más, pero con el mismo resultado.
Y apareció el Bidegain, era el final del inquilinato, finales del año 93, con mi pequeño hijo fuimos a la inauguración con la Universidad Católica del Chile, inolvidable recuerdo por el ser primer partido que iba con mi sucesor, empezaba a plantar la semilla de padre a hijo, regada partido a partido, esa semilla que en mí germinó sola sin ayuda de nadie, como tantos otros al lado mío, lo hacía con mi hijo, con orgullo de tener por fin nuestra casa, mi hijo no entendía nada, era muy chico, apenas 4 añitos, no se daba cuenta que después de haber estado en tantas casas y no ser de ninguna, nosotros buscábamos volver a la gloria, de reverdecer todos los laureles marchitos por el pasado sombrío que nos condenaba, por los poderosos que se encargaron de dejarnos en la ruina, amparados por los de adentro también como cómplices de la decadencia moral de nuestros dirigentes tan lejos de los postulados impolutos de los Scaramuzzo, los Monti, los Coll, y el resto de los pibes, con la mirada solemne del cura Lorenzo Massa, como guía espiritual de todo el grupo, con el guiño de todos ellos que ya no estaban junto a esta pasión, se levantaba solemne el nuevo estadio, hermoso estadio el Pedro Bidegain, como recuerdo imperecedero de uno de los grandes dirigentes que tuvo el gran club que supimos tener y tanto añoramos, en ese presente de la inauguración.
Y todos los cuervos dentro de sus posibilidades ayudamos a levantar el más lindo estadio del mundo, para nosotros, porque era nuestro y porque lo habíamos levantado entre todos, sin ayuda de nadie, como siempre, porque eso fue siempre San Lorenzo, construyendo a través de la pasión, entre todos, solidariamente, porque esos fueron los postulados de los que nos precedieron en la vida, de los fundadores, de los forzosos de Almagro, como misioneros de proteger las consignas heredadas desde ellos, desde el pasado que siempre nos ilumina el presente.
Los éxitos empezaron a florecer de nuevo, en el nuevo marco, muchos títulos coronaron esta parte de nuestra historia, el campeonato del 95 con el bambino Veira, del 2001 con uno de los mejores equipos que he visto jugar de la mano del Ingeniero Pellegrini, las copas internacionales, Mercosur y Sudamericana también del Ingeniero, el campeonato del 2007 de Ramón Díaz…..
Pero algo estaba cambiando, fuera de nuestros muros azulgranas y también dentro de ellos, la semilla estaba germinando en un grupo de loquitos que inspirados en los de siempre, los fundadores y el gran cura, imaginaron que esta gran casa, mansión que nos albergaba hoy con tanto orgullo, no era la casa de los viejos, el templo en donde los cuervos empezaron a volar y se hicieron grandes y poderosos, la gran casa, la mansión de la envidia ajena, la que cobijó muchos años a la selección argentina, el mítico Viejo Gasómetro de Av. La Plata, que era necesario, en nombre de nuestros viejos, de los fundadores y del cura Lorenzo, recuperar nuestra historia y nuestra identidad.
Y de nuevo fuimos atrás de una utopía, y llenamos la ciudad de gentes, 200, 1.000, 20.000, 40..000 y el gran acto en la mismísima Plaza de Mayo con 110.000 personas, invadiendo el espectro de tantas manifestaciones en esa plaza de la concordia, como de la discordia, que tiene grabado a fuego el quehacer nacional, en este caso, en el único caso de la historia, que engloba a un club en su búsqueda más dramática, en la búsqueda de su identidad, de su pertenencia, nada más importante que eso, de saber de dónde se es y como se hace para volver, siempre en las mismas condiciones en que se fue y en paz, con orden, sin ningún acto fallido de nadie de esa fenomenal convocatoria..
Y esos loquitos, locos de pasión por sus colores, los míos también, me enseñaron a mí y a todas las generaciones como se hace para transformar nuestra realidad, la forma en que se debe luchar para conseguir el objetivo, saltar los obstáculos, no decaer ante las adversidades permanentes que estas acciones acometen, la resistencia siempre es muy grande, sobre todo en un entorno interno similar a cuando se perdió, con el descenso en puerta y una dirigencia en crisis nuevamente.
Las preguntas que había en este momento de pelear la ley eran ¿para que volver si se van al descenso? ¿Con la crisis que tienen deportiva meterse en este problema de la vuelta es apropiado? ¿Pero el poseedor de la tierra es una empresa multinacional? ¿Fue comprador de buena fe, aprobado por una legislatura porteña en un gobierno constitucional?
Todas contras, pero la fuerza de la gente es indestructible, y el 15 de noviembre de 2012, los corazones cuervos dieron un salto, los loquitos se transformaron en héroes modernos, como los titanes de nuestras lecturas infantiles, la utopía se transformó nomás en realidad y por el contundente 50 a 0 se ganó la Ley de Restitución Histórica para la devolución de las tierras en Av. La Plata 1624/1700.
¡¡¡¡50 a 0!!!! Fue el mayor, el más abultado resultado de la historia del club, y el más importante, la bisagra para dar vuelta la página grande de la historia del club, como los imaginaron Scaramuzzo, Monti, Larrandart, Bidegain y Pinto, con la atenta mirada del guía espiritual, en poder llegar lejos de los límites y crecer como lo imaginaron ellos, el volver a la gran mansión de los viejos, a la casa grande, a tener el lugar que la historia nos demandó tener en el pasado y que perdimos entre las tormentas del camino, debiendo volver al sendero de grandeza que nos merecemos, el que gracias a estos loquitos vestidos de héroes modernos, de titanes que nos supieron poner a tiempo en la mentalidad de lo nuestro, de entender el porqué de este paso. La historia nos demandaba este camino, nosotros debíamos ir por él.
Ahora sería mucho más fácil, con la Ley, es una cosa obvia….
Sin embargo no es así, todo se ha ido enmarañando, la empresa francesa a 3 años de la Ley de los loquitos, no ha empezado nada, la masa cuerva ha respondido, ha estado a la altura, poniendo la guita en el fideicomiso, como es mi caso, y el de toda mi familia, de tantos otros cuervos y de sus familias, toda esta es en respuesta al designio del corazón, aquel que no engaña a lo que le corre por la venas, siempre manchadas de azul y grana, sangre grana no roja, aquel que cuando pierde llora y cuando gana grita de alegría, aquel que cuando fue llamado a poner dinero para su querido club, ni lo pensó, ahorró y lo puso, o lo está poniendo, porque es la hora de nosotros, siempre el club nos dio, ahora es nuestra hora de honrar lo que siempre hemos dicho con el corazón, ahora con el bolsillo, porque la gran casa de los viejos lo necesita, necesitamos recobrar nuestra identidad, nuestro barrio, volver a nuestros orígenes, a nuestro Beodo, al lugar que jamás tendríamos que haber abandonado.
Pero los adentro, ¿te acordás como en el pasado allá a lo lejos?¿como en el 79/82?, nunca lo olvidamos, no hacen nada, el tiempo pasa…hasta se está por vencer la ley, pasaron casi 3 años y ahora no es igual, pusimos guita, no es gratis, Sres dirigentes, les exijo que tienen que estar a la altura de la historia, que los va a juzgar por estos hechos, como los ha juzgado a sus anteriores por lo otro, porque hay todo un pueblo que se quiere vestir con sus mejores galas para el acto de tirar el muro, no de Berlín, sino de Av. La Plata, que para nosotros es más importante que el alemán, es poder reconstruir la vieja casa de los viejos, la gran mansión de gloria de antaño y sólo le pido a Dios me deje ver sacar del medio de la cancha en la vieja/nueva casa de los viejos, mucho más grande, ya con mis hijos ya maduros y todos cantando:
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.
Víctor Franco
Socio refundador N° 6090